Una empresa norteamericana decidió adquirir una propiedad en Luxemburgo. Para llevar a cabo dicha transacción, la notaría luxemburguesa necesitó la traducción oficial de diversos documentos, incluyendo los documentos de constitución de la sociedad americana, sus estatutos y los poderes otorgados a sus representantes en Luxemburgo.
Para garantizar que la traducción del contrato de compraventa fuera precisa y legalmente válida para su firma, contactaron con nuestra agencia para la contratación de un traductor jurado. Este garantizó que la traducción de todos los documentos reflejara fielmente el contenido original, respetando los términos legales y técnicos en ambos sistemas jurídicos.
De este modo, la transacción se llevó a cabo sin problemas y la empresa evitó riesgos legales por malas interpretaciones.